¿Cuanto nos costará la regulación?

 ¿Cuál es el precio que ha de pagar una medicina para vivir en la sociedad actual?

 

 “No necesitamos tener miedo de nuestros enemigos que contestan cada paso que damos. Ellos no pueden hacernos daño; sus patadas son solo una bendición disfrazada. Nuestro mayor peligro, de hecho el único que puede amenazar al futuro de la Osteopatía, son los errores de aquellos que dicen ser nuestros amigos.”

A.T Still. Frontier Doctor. Pag. 172

 

Parece que la medicina holística incluida la osteopatía solo tiene un modo de regularizarse, y es el de adaptar sus leyes de la Naturaleza por las leyes científicas y de la alopatía. Cambiar sus leyes de los procesos, la interconexión y autorregulación, por las leyes de matar el efecto como sea. Aprenderemos como osteópatas a matar síntomas y así seremos oficiales, pero yo me pregunto, ¿Nos habremos dejado algo por el camino? ¿Es necesario que cambiemos nuestro modo de pensar por el de los médicos y los “científicos demostrables” y olvidar a cambio nuestra filosofía y forma de entender la salud? ¿Existe otra posibilidad para que la osteopatía pueda convivir en la sociedad actual?

 

Uno de los precios que hemos de pagar como osteópatas es el de convertirnos en expertos en callar síntomas cuanto más rápido mejor, igual que hace una pastilla. Es una pregunta que me hago mucho últimamente, y me la he hecho muchas veces a lo largo de mi trayectoria como osteópata. Muchas veces me encuentro con alumnos en las escuelas que aplican las técnicas en base al diagnóstico alopático, al síntoma, en lugar de tocar y sentir la estructura anatómica como nos decía Andrew, y siendo conscientes que ajustar implica autorregulación e interconexión, tal y como ocurre en la Naturaleza.  En muchas escuelas se insiste mucho en la anamnesis y exploración alopática para encontrar el diagnóstico alopático que nos orienta en nuestro trabajo pero puede llegar a confundirnos a la hora de realizar nuestro tratamiento, puesto que el osteópata debería analizar el estado de la estructura y no el efecto que es el síntoma, solo sabiendo cómo está la estructura es que el osteópata puede partir de un tratamiento osteopático. Creo que hemos de darnos cuenta, que ese es y será el papel del médico, hacer un buen diagnóstico del efecto, útil para muchísimas ocasiones pero que no es la base del tratamiento osteopático, solo nos orienta y nos ayuda en nuestro trabajo. ¿Por qué no le dejamos que haga bien su trabajo y nos centramos en examinar la anatomía del paciente y así poder entender los procesos fisiológicos que se están llevando a cabo, o bien efectos o enfermedad? Solo siendo nosotros, manteniendo nuestro concepto a la hora de diagnosticar y entender la anatomía del paciente, es que podremos mantener nuestra identidad, hacer bien nuestro trabajo y formar un equipo con nuestros compañeros los médicos, fisioterapeutas, logopedas…etc.

 

Seremos osteópatas pero adaptados al ritmo que la sociedad impone a nuestro cuerpo y salud, igual que hace la mayoría de la medicina de hoy en día. “¿Para qué vas al osteópata?. Voy a que me coloque todo al sitio”. Y le permita seguir con el ritmo impuesto por el mundo en que vivimos y que acabará con todo. La medicación que es una experta en matar efectos, nos ayuda muchas veces, pero también interrumpe procesos que la Naturaleza considera necesarios para permitir que la Salud se manifieste, por favor seamos conscientes de esto. Andrew siempre habló de un cuerpo en consonancia con la naturaleza y sus ritmos, y no un cuerpo al que hay que ajustar para que aguante todo lo que pueda este ritmo loco en el que vivimos día a día.

 

Parémonos y reflexionemos compañeros osteópatas, ¿Es la osteopatía que practicaba Andrew una medicina en consonancia con el mundo que vivimos? ¿O nos costará adaptarla a los nuevos tiempos donde todo vale, y donde todo es cada vez más rápido, y está mejor y más demostrado científicamente? Donde la medicina trata de imponerse y controlar al ser humano, adaptarlo al ritmo de vida actual y evitar que los procesos y respuestas que están en su interior se manifiesten, la capacidad Autocurativa. Creo que personas como Andrew y otros muchos más se dieron cuenta del precio que nos costará una vida fuera de la Naturaleza y de sus ritmos, y una medicina que se aprovecha de ella pero que no vive en consonancia con ella. Creo que conforme el osteópata más se aleja de la Naturaleza más se aleja de la Osteopatía que Andrew hablaba. Creo que cuanto más ruido hay en nuestro mundo menos osteopatía es posible practicar, puesto que en el silencio es donde a menudo está la causa de la enfermedad. Creo que cuanto más rápido nos movemos menos osteópatas somos, creo que cuanto más rápido queremos las cosas más nos alejamos de la osteopatía de Andrew. Creo que Andrew se dio cuenta de todo esto. Él se daba cuenta de que lo que necesitaba el mundo no eran técnicas que maten síntomas sino un concepto nuevo de ver al ser humano, la salud y la enfermedad, sobre el que poder vivir, sustentarnos y como osteópatas poder aplicar nuestros tratamientos. Y lo que hizo fue aportar su granito de arena con un concepto de salud que debe ir apareciendo más y más cada día de nuestras vidas. Creo que como osteópatas hemos de ser capaces de decirle al cuerpo enfermo: “¡Eh, que te estas alejando de la Naturaleza, estas cada vez más dormido, despierta! ¿A dónde está tu capacidad autorreguladora? ¿Y por qué ya casi nada se interconecta entre sí en ti? ¡Pareces cansado, casi no te mueves, tu fisiología está impedida, tu anatomía desconectada, por eso estás enfermo!”. Tu y yo tenemos que empezar una relación nueva, voy a quitar el obstáculo para los fluidos vitales empiecen a actuar en ti, igual que lo haría una tormenta cuando el agua del mar esta sucia. La autocuración, la interconexión son necesarias para recuperar tu salud. ¿No te das cuenta que tu enfermedad no esta más que un efecto de todo lo que está impedido en ti?. ¡Vamos, yo te ayudo, empieza a trabajar!”

 

Salud y enfermedad se relacionan entre sí en este mundo dual en el que vivimos, donde los ciclos son necesarios para la vida. Cuando nos alejamos de la osteopatía nos alejamos de los ciclos vitales. Todo en la vida son ciclos, y los medicamentos quieren que estemos siempre al mismo nivel, disponibles para todo en todo momento. “Si hoy no puedes ir a trabajar yo te ayudaré, toma esta pastilla para tu dolor de cabeza”. Nada puede estar trabajando siempre al mismo ritmo. La salud y la enfermedad son necesarias para evolucionar y desarrollarnos como seres humanos. Matando la enfermedad a pildorazos y “técnicas manuales osteopáticas” matamos la evolución del ser humano. No niego que la alopatía nos da muchas comodidades, y que la medicina alopática de hoy en día es mucho mejor y más eficaz que la que vivió Andrew, pero no podemos quedarnos solo con esto, hemos de ir más allá en la búsqueda de nuestra salud. Y la osteopatía de Andrew, sin duda nos ayuda en este camino.

 

¿Cuánto nos costará regularnos? ¿Nos estamos convirtiendo en un título universitario más, adaptado a las leyes de la fisioterapia y la alopatía? ¿En un negocio más para el empresario universitario que solo busca clientes universitarios cueste lo que cueste? ¿Un título mas para el masajista o fisioterapeuta que viene a la escuela a formarse buscando un título más y más técnicas manuales, que si “suenan” mejor que mejor? El alumno te dice, “dame técnicas para todas las enfermedades, dame apuntes si o si, dame dame dame…” Pero la osteopatía quiere ofrecer algo más que esto,  y que el alumno sea capaz de reflexionar “desde el efecto hacia la causa” , como decía Andrew, con un concepto en su cabeza, y aprender a razonar y trabajar en consonancia con unas leyes que rigen el cuerpo del enfermo, igual que lo hacen en todos los seres vivos, animales o plantas.

No es agradable ver cómo los alumnos cuelgan en su pared un título más, ahora el de osteópata, sin darse cuenta de lo que es realmente la osteopatía. Sin darse cuenta que su mirada del cuerpo es prácticamente la misma que cuando empezaron ¿Es mejor ser fisioterapeuta o médico o enfermero… para estudiar osteopatía, garantiza esto algo?, ¿Es correcto empezar sin ser fisioterapeuta? Al final todo es lo mismo si no somos capaces de transmitir y hacer comprender lo que es realmente la osteopatía.  Aprender a “pensar osteopatía” como decía Will a menudo, es un largo proceso que no se aprende enseguida, lleva años y años de reflexiones y experiencias terapéuticas y personales.

 

¿Cuánto nos costará regularnos? ¿Acabaremos siendo una especialidad manual más del fisioterapeuta? ¿Un postgrado más entre todos sus títulos? ¿Es así que seguiremos siendo fisioterapeutas o médicos, solo que ahora tenemos más arsenal técnico, aunque sigamos pensando alopáticamente? Pero sobretodo me pregunto si toda esta batalla es necesaria y ¿Por qué el estado o gobierno hace oídos sordos a una medicina holística que cada vez más pide la sociedad? La medicina y la sociedad nos dice, si quieres vivir aquí tienes que hacerlo con nuestras reglas, si o sí. Si quieres la regulación esto tiene un precio, y ese precio te lo ponemos nosotros. Con tesis doctorales que tratan de demostrar la efectividad de una técnica, como si fuera una pastilla, que se olvidan de la relación que tiene el osteópata con su paciente. Nos pasamos la formación osteopática pidiendo a nuestros alumnos que vean la interconexión y autorregulación, y les acabamos pidiendo que lo demuestren todo con una técnica. Contradictorio al menos a mí me lo parece.   

 

¡En fin!, Solo espero que la regulación no nos cueste algo más que el dinero, que no nos cueste una visión de la salud y el ser humano que trata de aportar algo que el ser humano necesita cada día más para recuperarse a si mismo, la conexión con la Naturaleza y sus procesos, y ser capaz de respetarla y vivir en consonancia a sus ritmos y principios. Escuchemos la Naturaleza, y pensaremos osteopatía.

 

Franki Rocher 

Osteópata D.O