A menudo mientras vamos al dentista podemos sentir molestias no solo en los dientes, sino también en nuestra cabeza, mandíbula...etc., y también en todo nuestro cuerpo. Nos sentimos distintos a antes de ir, pero incluso, un tiempo después de haber recibido tratamiento en nuestros dientes aparecen problemas en nuestra columna, en el sistema hormonal de nuestro cuerpo, y muchos más.
Desde la mirada de un osteópata cuando estamos en el dentista hay dos ESTRUCTURAS ANATÓMICAS PRINCIPALES que se ven repercutidas y que pueden verse alteradas mientras estoy recibiendo tratamiento en mis dientes.
Como muchas veces ocurre, la anatomía del cuerpo recibe tensiones mecánicas que gracias a su capacidad de adaptación nos permite seguir adelante, hasta que llega el día en que nuestro cuerpo no puede más, y aparecen efectos y empezamos a notar cosas.
LA DURAMADRE ES EL LIGAMENTO O MEMBRANA QUE TAPIZA Y ENVUELVE TODOS LOS HUESOS Y PARES CRANEALES DEL SISTEMA NERVIOSO. Por tanto es comprensible que pueda sentir efectos como:
Además, los tirones mecánicos son recibidos por las articulaciones de mi boca y mi cráneo, y en ocasiones pueden luxarse milimétricamente, pero alterando así sus relaciones mecánicas, y esto está repercutiendo en gran medida sobre la entrada y salida de todos los fluidos sanguíneos y nerviosos en mi cráneo. Y si la sangre no circula equilibradamente produce efectos:
Todos vasos sanguíneos que circulan entre las articulaciones craneales y entre los distintos agujeros de los huesos craneales se ven alterados, y esto para la Naturaleza siempre tiene un precio, mi síntoma y malestar.
El Osteópata te ayuda porque con sus manos encuentra las tensiones membranosas y las subluxaciones articulares y les da un alivio, siendo así que notas que los síntomas desaparecen, y tu cuerpo vuelve a funcionar en SALUD.