Si disminuye la circulación nerviosa, la debilidad será lo siguiente en venir. El movimiento se volverá débil y no tendrá la fuerza suficiente para llevar la
sangre a los pulmones y hacerla salir con normalidad, de este modo, la sangre se estanca, se congestiona y se vuelve enferma, porque no recibe los impulsos nerviosos necesarios que le dan la
fuerza para circular saludablemente por los pulmones.
Como consecuencia los nervios que recogen las informaciones se irritan por la presión y la falta de alimento, y entonces empezamos a toser, que es el esfuerzo que ha de hacer la naturaleza para deshacerse de toda la basura y de la opresión que provoca dicha congestión en los nervios
sensitivos. Si todo esto es un efecto, entonces debemos aceptar el sufrimiento y morir, o quitar la causa, apagar el fuego y detener el desgaste de la vida, sin lo cual todo estará perdido. La
naturaleza hará su trabajo de reparación a su debido tiempo. … si la sangre o cualquier otro fluido estancado , y depositado en cantidad suficiente como para impedir el paso de otros fluidos por
su camino, la Naturaleza encenderá su máquina para eliminar dichos depósitos convirtiendo estos fluidos en gas. Y como el calor y
el movimiento son muy eficaces como remedios, habrá que esperar fiebre y dolor hasta el horno de la naturaleza produzca calor,
convierta los fluidos a gas y otros depósitos, y los haga así circular a través de los conductos excretores al exterior, y permita así al cuerpo poder trabajar de nuevo con normalidad.