la osteopatía y las enfermedades del Sistema Nervioso

 

El Dr. Still solía decir a menudo, “el osteópata ha de conocer primero lo normal para luego poder encontrar lo anormal”. Mi conclusión sobre esta frase es que lo anormal para el osteópata es aquel lugar donde la vida no puede expresarse, donde no hay movimiento, y por tanto, la sangre y circulación nerviosa no puede hacer bien su trabajo. Todo lo que el osteópata detecta que está falto de movimiento, será considerado como anormal, y será tenido en cuenta por el osteópata.

Entonces, con esta filosofía el osteópata se encuentra ante una enfermedad del sistema nervioso, o una alteración en su estructura, puesto que el osteópata entiende que la enfermedad es la consecuencia de una estructura anormal. Sé que en la medicina hay muchos nombres para este tipo de alteraciones en el sistema nervioso; meningitis, hidrocefalia, alzhéimer, esclerosis múltiple, parálisis cerebral, autismo, enfermedades degenerativas del sistema nervioso, tumores cerebrales…etc., etc.,…y que cada una de ellas tiene prescrita un determinado tipo de medicación.

El osteópata que aborda este tipo de enfermedades debe estar al día de lo que es cada una de estas enfermedades desde el punto de vista de la medicina, pero ojo, no debe perderse en exceso en este conocimiento, y ha de tener claro dónde está para él el origen y la causa de este tipo de enfermedades; en la estructura, es ahí donde el osteópata debe de ir a buscar la causa de la enfermedad. Y su trabajo debe ir encaminado a ver el estado de la estructura y mejorarla, para que consecuentemente la función o el síntoma cambie o mejore. No nos olvidemos de cuál es nuestro lugar como osteópatas, y de este modo es como al mismo podremos respetar el lugar y la función del médico u otras medicinas. Nuestro trabajo está ahí, en la estructura. Recordemos lo que decía el Dr. Still:

 

“Quiero decir a todos los graduados listos para salir al mundo, que cuando empecé esta lucha me base firmemente en la verdad que gobierna el universo en sus planetas, hombres, mujeres, peces, aves, y bestias, en todas sus manifestaciones y principios vitales, que fueron formulados por la mente del Arquitecto infalible.

Él, ha colocado todos los principios para el movimiento y la vida, y también todos los remedios para la enfermedad en el interior del cuerpo humano. Él los ha colocado en algún lugar de la estructura, si, Él sabia cómo, y además ha dejado a Su máquina de la vida lista para que Su habilidad pueda realizar su más importante trabajo[1]”.

 

“Los ha colocado en algún lugar de la estructura”. Y es ahí donde el osteópata debería ir a buscarlo. Pero partiendo de la estructura, ¿Dónde empieza esa estructura? ¿Dónde sitúa el osteópata su trabajo en esa estructura? ¿Qué y como entiende la estructura el osteópata? ¿Qué partes de la estructura le interesan al osteópata? Cuando hablamos de estructura, no hablamos solo de hueso que es como a menudo se confunde el trabajo del osteópata. El Dr. Still le colocó ese nombre a la Osteopatía porque para él el trabajo del osteópata partía o se guiaba desde el hueso, que es lo que podía palpar más fácilmente. Pero cuando hablamos de estructura vamos más allá del hueso. El trabajo de la estructura es muy amplio en la osteopatía y cada osteópata elige a qué nivel de ella quiere trabajar. Pero, ¿Qué considera el osteópata como estructura? ¿Solo el hueso y los órganos? ¿Podemos decir que los tejidos del cuerpo son también estructura? ¿Y consecuentemente podemos decir que los átomos, las células, los tejidos nervioso, fascial…etc., son también estructura? Y mientras nos adentramos en este trabajo de la estructura nos encontramos con muchas cosas. Con tensiones, bloqueos, restricciones, durezas, alargamiento, ablandamiento, atracción, separación, distensión…etc., son muchas de las percepciones y sensaciones con las que el osteópata se encuentra cuando con sus manos se comunica con la estructura del cuerpo. A partir de éstas con sus manos y sus técnicas trabajará para devolver la “normalidad” al cuerpo en cada una de sus estructuras como nos decía el Dr. Still. Pero,… a medida que vamos a la estructura, ahí donde nos quiere llevar el Dr. Still, puede que en un momento dado conectemos con lo que es la esencia para toda estructura viva, sea del cuerpo o sea una planta, un animal… etc., ¿Hay vida en esa estructura, esa estructura tiene conciencia? Y cuando el osteópata o el terapeuta que sea conecta con este nivel de las cosas empieza un camino que la ciencia de hoy en día empieza a plantearse a menudo que avanza. ¿Cuáles son las leyes que gobiernan la estructura viva? ¿Cómo vive todo lo que entra en relación con ella? Cuando el osteópata entra en este nivel de las cosas, empieza a tener en cuenta las vivencias de la estructura viva en su día a día. Y cuando hablamos de vivencias, claro hablamos de vivencias emocionales, pero también bioquímicas (alimentación, vacunaciones, medicamentos, etc,…, y por qué no de vivencias biomecánicas o físicas (caídas, golpes, traumatismos…etc.,). Todas estas vivencias o experiencias llegan a la estructura viva del cuerpo, con quien se pone en relación, y será esta relación la que marque el estado de la estructura. Pensad por ej. ¿Cómo os relacionáis con determinados alimentos, personas o experiencias determinadas? (no quiero ir en coche, me asusto con la oscuridad, no soporto los perros…etc.,). ¿Hay memoria en esta estructura? ¿Hay vida o conciencia en ella? ¿Determina este estado de la estructura la función y relación con determinados procesos de nuestra vida? ¿Por qué yo me pongo nervioso con el fútbol y a mi amigo le encanta? ¿Por qué me sientan mal los plátanos y a mi amigo no? Y así infinidad de ejemplos.

Con todo esto, quiero decir que cuando nos adentramos en el trabajo y estudio de la estructura del cuerpo humano, podemos abordarla desde muchos niveles. Y seguro, estoy seguro, que el trabajo que hagamos sobre ella va a cambiar la función. Es decir, la circulación de la sangre y nervios, y consecuentemente el síntoma  y la enfermedad.

 

Como decía el Dr. Still, “…Solo un minuto que se retrase las semillas de la sangre, se empezarán a plantar las semillas de la destrucción”. Éste debería ser objetivo del osteópata cuando trabaja la estructura, que no se retrase.

 

Franki Rocher.

Osteópata, D.O



[1] “Autobiografía”. 1908. Cap. XV