Una de las cosas que más se ven y cada día más, son niños nerviosos, inquietos todo el tiempo, que no les satisface nada y que ya no saben estar tranquilos, o simplemente no saben “estar”.
Este saber “estar” es algo que cuando veo a un niño así realmente me quedo mirándolo y observo la belleza del momento y me digo a mi mismo, ¡Qué quietud! ¿Os habéis fijado en eso? ¿Cuantos niños veis hoy en día que sepan estar tranquilos y sin llorar o estar inquietos cuando no están haciendo nada? O están llorando o durmiendo.
Como siempre, hemos aprendido a arreglar el asunto desde fuera, algo muy corriente en la medicina de hoy en día. Es decir, dar un remedio externo. ¿Cuál? Infinidad de ellos. El que me ha dicho mi amiga, el que me ha dicho el médico, el que he visto en la tele, tal método, el otro, tal medicamento, tal remedio natural…etc., y así unos cuantos más que seguro tenéis en mente.
Como osteópata, a medida que he ido adentrándome en esta manera de entender la salud, he preferido tomar la vía contraria a medida que pasa el tiempo. Es decir buscar la solución dentro para que el resultado se manifieste fuera. Un osteópata razona a partir de la estructura del cuerpo, del estado de su anatomía, de lo que percibe en el cuerpo bien sea de un niño o de un adulto. Sabe que si la estructura del cuerpo del bebé está bien, es decir, tiene movilidad, tiene vida o vitalidad, la salud a todos los niveles es el resultado.
Entonces viene a la consulta un niño nervioso, inquieto..
Algo que veo últimamente es que de repente, un niño que tras nacer estaba todo el día durmiendo, de repente empieza a despertarse de golpe y empieza a estar nervioso todo el día. Se que es fantástico que duerma todo el día, ¿genial no? No da problemas. Pero como osteópata no puedo dejar de pensar primero en la cantidad de estímulos de todo tipo que ese niño se pierde durante el día y que permiten la maduración de sus sistema nervioso, y por otro lado, si duerme todo el día, al final ¿tendrá que despertarse en algún momento no? Y sí claro, lo hará de noche. El cuerpo ha de vivir en salud y vivir en los ritmos día y noche que la Naturaleza le ha dado.
Pero pensemos en ese niño nervioso....
¿Por qué el mío?...y mira el de la vecina qué tranquilito es. Quizá una de las causas que haya niños tan nerviosos hoy en día sea que no estamos respetando las pautas de la Naturaleza. Ningún animal pare con anestesia, a ninguno se le mete en una mesa incómoda para parir, a ninguno se le raja la barriga para sacar a su bebé, está rodeado de gente mientras pare…etc. Y ya sé que estas son medidas muchas veces necesarias, pero también, son medidas que la medicina de hoy en día ha aprendido a hacer porque no está respetando la fisiología de un parto, no voy a llamarlo natural si no queréis, pero si lo llamaré fisiológico, pues fisiología y Naturaleza van unidas de la mano. Las funciones del cuerpo humano ya vienen dictadas por la madre Naturaleza. A una mujer no se le ha de enseñar a parir. Toda hembra de la naturaleza ya sabe hacerlo, lo lleva en su programa natural. Si tiene una dificultad, solo necesita que la acompañemos y la ayudemos en caso de ser necesario y usemos todas esas maravillosas técnicas y mejoras que la medicina de hoy en día ha desarrollado. Pero, ¿Y qué pasa cuando no respetamos eso, esa fisiología que ha dictado la Naturaleza para un parto? Que el cuerpo del niño se encuentra en un lugar, en un campo de fútbol que no cumple las normas del juego y entonces vienen los problemas. El parto fue muy largo, el parto me dolió mucho, no estuve tranquila, había mucha gente, me anestesiaron sin yo saberlo….etc., etc. Si, si, ya sé que muchas de vosotras salisteis del apuro, salisteis y no os pasó nada..
¿y que pasa con el que estaba dentro, estaba listo para todo este tipo de improvisaciones?
Entonces sin contar lo que puede haber ocurrido en la vida de esa mujer en el embarazo, y no solo lo que ha vivido esa mujer, puesto que el niño estaba dentro suyo, sino también lo que vive esa familia, esa pareja. Entonces llegáis a la consulta del osteópata… “Mi niño está nervioso todo el día, no duerme”. El cuerpo humano es perfecto, pero tiene un límite también,, y gracias a ello manifiesta síntomas que nos hacen pensar que algo falla, pero a pesar de ello nos encaprichamos en matar el síntoma como sea. Pero hay situaciones que ese cuerpo no va a aceptar porque sí.
Con todas esa situaciones se encontrará el osteópata cuando toque el cuerpo de vuestro niño.
Un niño irritado, puesto que las tensiones se han ido imponiendo en su cuerpo, y ahora no puede vivir tranquilo. Esto lo verá el osteópata en el cuerpo del niño. El osteópata empezará a comunicarse a través de sus manos con el cuerpo de nuestro bebé, en el que irán manifestándose ”pequeñas cosas que son las que le importan al osteópata”. Encontrará un cráneo duro, tenso, inmóvil…¿cómo se va a relajar el sistema nervioso central si está apretado como en una minicarcel? Los huesos del cráneo, las membranas han de estar mínimamente relajadas para que las funciones relacionadas con la tranquilidad puedan manifestarse. Además, zonas como el hígado, la pelvis, la columna vertebral, serán zonas donde habrá que ir a devolverles su movilidad natural. El sistema nervioso y hormonal no tienen la oportunidad para vivir en equilibrio ¿Consecuencia? Vivimos estresados, nerviosos, intranquilos, igual que estará viviendo nuestro bebé.. y no sabemos por qué. El osteópata cuando vea eso se dirá a sí mismo, “normal, si el sistema nervioso está apretado, no tiene oportunidad para llevar a cabo sus funciones con normalidad, la fisiología del sistema nervioso no puede expresarse”. La estructura del cuerpo, el estado de la anatomía que el osteópata detecta con sus manos, repercutirá claramente en la función.
Y finalmente, antes de acabar, por favor, no nos olvidemos que la familia es un equipo, igual que uno de fútbol o de baloncesto. Si hay alguno de sus miembros que no está bien repercute en el resto de miembros, y los bebés son auténticos expertos en captar todas esas anomalías, y bueno, como no saben hablar ¿tendrán que expresarlo de alguna u otra manera no creéis? Así que al tiempo que pensáis en la salud de vuestro bebé y lo traéis al osteópata, pensad en la salud del grupo, pensad en vuestra salud física y mental que si duda repercutirá en la salud de vuestro bebé. Vivid vosotros en salud y eso le ayudará seguro a él a vivir en salud y tranquilo.
Franki Rocher.
Osteópata D.O