"Me han dicho que el osteópata me puede ayudar."
Parece increíble cómo este síntoma es cada vez más frecuente entre los niños de hoy en día. Y lo primero que pensamos es el estrés, el peso de la mochila, que tiene la columna desviada...etc., pero cuando pensamos como osteópatas en relación a este síntoma hemos de ir un poco más allá del dolor de cabeza, que no es más que el efecto o consecuencia de una serie de causas que encontramos en el cuerpo de nuestro niño.
Así que cambiemos de mirada, y veamos este síntoma desde la mirada del osteópata, y no solo desde la medicina oficial, a la que estamos acostumbrados. El osteópata entiende la enfermedad y la salud como una consecuencia del defecto de la circulación sanguínea y nerviosa. El osteópata es un mecánico y como mecánico buscará zonas que están impidiendo esta circulación, y en consecuencia la salud en el cuerpo de nuestro hijo.
Cuando nuestro hijo nos habla de que le duele la cabeza nos está hablando de un síntoma, de un efecto que desde la osteopatía no es más que la consecuencia de zonas de su cuerpo que impiden la correcta circulación sanguínea y nerviosa. El osteópata no habla de sustancias químicas, sino que habla de estructura, como un mecánico que mira la máquina del cuerpo. El osteópata no contempla el síntoma como algo a tratar, sino como la consecuencia de zonas que no están funcionando correctamente en el cuerpo de nuestro hijo.
La cabeza, si pensamos como lo hacía el padre de la osteopatía, Andrew Taylor Still, es como un niño que cuando tiene hambre no hará otra cosa que chillar, llorar y quejarse. Y cuando hablamos de hambre en la cabeza nos referimos a la circulación de la sangre, que es el alimento del cuerpo. La cabeza actuará como un músculo, que cuando no recibe los nutrientes y el alimento que necesita para vivir se contraerá. Es algo parecido a cuando vamos a correr y nos da ese tirón maldito porque nuestros músculos no reciben el oxígeno y sangre que necesitan para seguir corriendo y funcionando. La cabeza funciona de una manera similar, si no come se queja y duele para que le prestemos atención. Pero siempre estamos en lo mismo, le damos una pastilla, una sustancia química para que deje de quejarse, para que se calle y deje de molestarnos, en lugar de pensar que ese síntoma nos intenta decir algo, que está ahí por algo.
Nuestro niño ha pasado por momentos de vida como el parto, el embarazo y todo lo que ocurre en su día a día , y en la familia, sus padres, su entorno...etc., puede estar provocando la contracción de los músculos y los tejidos, bloqueando las articulaciones del cuerpo de nuestro niño y provocando ese dolor de cabeza maldito.
¿Cuál es la causa de que a mi hijo le duela la cabeza?
El osteópata no sabe diagnosticar, ni sabe tratar si no toca con sus manos. Cuando vamos a un osteópata estamos frente a un mecánico que quiere explorar la máquina corporal de nuestro hijo y ver dónde hay bloqueos que impiden su correcto funcionamiento. Por tanto, para dar solución al problema de nuestro hijo, el osteópata empieza a tocar para buscar causas, zonas del cuerpo de nuestro hijo que impiden la buena circulación, provocan su contracción y en consecuencia el dolor de la cabeza.
Con este objetivo en su mente el osteópata toca el cuerpo de nuestro hijo. A menudo comienza por la cabeza, ya que para el osteópata las articulaciones y tejidos de la cabeza tiene movilidad, y pueden estar impidiendo la correcta función de los músculos de la cabeza, contraídos por la falta de circulación sanguínea. Con sus manos llenas de sensibilidad y tacto adecuado, el osteópata se comunica con el cuerpo de nuestro hijo, y empieza a sentir y encontrar zonas bloqueadas, con falta de movimiento, donde la sangre y los nervios no fluyen con normalidad. Se detendrá en esos lugares, y los tratará, los relajará hasta que se asegure que ha habido un cambio en cómo estaba funcionando hasta ese momento el cuerpo de nuestro hijo.
Pero el cuerpo de nuestro hijo es un todo, y no porque le duela la cabeza significa que la causa esté ahí. La osteopatía funciona pensando que todo el cuerpo está interconectado y relacionado. El cuello puede estar contraído, su diafragma bloqueado, la cadera, la pelvis, su hígado o sistema visceral, pueden estar provocando por su falta de movimiento, que la calidad de la sangre, o sea el alimento que le llega a la cabeza de nuestro hijo, no sea el adecuado, y aquí llegamos al punto donde todo empieza, donde la enfermedad y el síntoma empiezan a construirse hasta que ya no pueden más y empiezan a quejarse. La cabeza ha dejado de recibir alimento, o ya no recibe el alimento en cantidad y calidad adecuadas, y ese alimento es la sangre. Y como decían nuestras madres sabemos que "quien no llora no mama", así que si se queja la cabeza de nuestro hijo, es porque no está comiendo o recibiendo la sangre que debería.
Con todo esto en mente, el osteópata empezará a tratar y tocar el cuerpo de nuestro hijo.
Franki Rocher
Osteópata D.O