Esto marcó el paso de una rutina manipulativa hacia un ajuste eficaz, para la normalización específica. Un mecanismo no es manipulado sino ajustado en base a indicaciones concretas. Esto es la terapia osteopática. Esto requiere un conocimiento minucioso de la estructura normal, pero un requisito más importante es la percepción fácil o la capacidad para evaluar lo que se siente en los tejidos. Sin esta capacidad esencial con un sentido clínico uno no puede convertirse en un experto. Un mal estado estructural del mecanismo corporal se muestra como un nuevo y definido campo de la patología con similitudes con el ámbito de la patología quirúrgica. Esto no quiere decir que otros campos de la patología no existan, sino que incluso, ofrece de ellos una interpretación diferente en relación a su valor y lugar. Una de las características y valores principales es que reconoce la enfermedad en sus inicios. Esto es una patología viva que precede y establece muchos de los procesos conocidos de la enfermedad, y su reconocimiento temprano es muy importante. El Dr. Still insistía mucho en que el practicante debería usar su propio cerebro osteopático que Dios le ha dado, y no obsesionarse con las teorías más novedosas o perderse en una maraña de conflictos. La lesión osteopática es “cualquier perversión estructural que con su presión produce o mantiene el desorden funcional”. El consecuente estado patológico es una expresión anormal de la estructura organizada, involucrando a todos tejidos implicados en esa unidad funcional. Debido a su proceso, la estructura está organizada de forma diferente a lo normal, estructural, funcional y bioquímicamente. La relación de los valores normales está organizada de forma diferente de los normales, estructural, funcional y bioquímicamente. La relación de los valores normales ha cambiado, debido a la alteración nerviosa y vascular de los tejidos que deteriora la integridad orgánica. De este modo, el ámbito químico también se ve repercutido, y un estado previo a la enfermedad se ha establecido. La osteopatía no se obsesiona con la célula y su química. La actividad de la célula no es independiente ni suprema. La osteopatía demuestra que, la interacción e interdependencia de los impulsos aferentes y el tono motor, de los mecanismos cerebroespinales y simpáticos, de las propiedades circulatorias y químicas, está basada en la estructura (no solo en la célula química) como unidad funcional. Son las fuerzas que cambian la estructura las que requieren la atención primaria para que la naturaleza pueda curar los tejidos. La Naturaleza sin duda ajusta muchas de estas lesiones en muchos casos, lo que sustenta sus propiedades inherentes, pero una patología osteopática característica aparece y se apoya en otras, debido a la incapacidad para encontrar todos los estreses y tensiones nocivas. Todo esto ha sido demostrado por investigación clínica y animal. El efecto degenerativo sobre los centros de la médula espinal y ganglios simpáticos, el daño a las células endoteliales de la arteria, con la consecuente fuga de diapédesis de la sangre de los tejidos, los cambios patológicos en las glándulas, implicando la secreción de los elementos químicos-- estos son algunas de las características y efectos de la lesión básica que precede a un desorden en el sistema. Estos abarcan factores distintos y demostrables que predisponen a la enfermedad orgánica a través de las fibras secretoras vasomotoras y visceromotoras. Preceden a los que se llaman activos de toxinas e infecciones. El mecanismo está incapacitado, con falta de tono y alimento, resistencia e inmunidad. Los efectos más inmediatos de las lesiones estructurales sobre las fibras nerviosas aferentes, músculos, fascia, ligamentos, discos, y huesos se notan enseguida. Implican rigidez, tensión y fibrosis de los músculos, fascia, tejido conectivo y ligamentos, edema local, acidosis, diapédesis; edema y espesamiento de los discos intervertebrales; cambios nutricionales en la esfera articular y mal alineamiento de las partes óseas, con disminución en el rango de movilidad articular y clara inmovilidad—una característica sujeta a alteraciones estructurales que a causa de los efectos de la presión y tensión provocan un vuelco funcional. El Dr. Still no se oponía al diagnóstico patológico y diagnóstico médico. Es la interpretación de estos hechos, sus valores relativos, junto con nuestros propios métodos y conclusiones, lo que significa tanto osteopáticamente. Teorías clínicas no demostradas que consideraban solo imágenes de los síntomas o los efectos eran aberraciones para él. No iban a la vía causaba de la enfermedad; solo reflejaban un cierto estatus. Se dio cuenta que es fácil para el estudiante caer en la influencia de las drogas, observar solo mediante el objetivo tintado médico una serie de constantes de hipótesis químicas cambiantes, que raramente se acercan a las causas primarias, en lugar de permanecer sólidos en el campo de la anatomía y la fisiología. Insistía continuamente que el estudiante debería estar absorto en ver la anatomía con el prisma de la osteopatía, su formación, sus funciones, sus mecánicas, la palpación y percepción. Solo permitiendo que esta forma de pensar prevaleciera, viviéndolo y practicándolo, la verdad se plasmaría como algo real y solo así se adquieren los requisitos para la práctica. Lo tejidos principales del cuerpo son los canales circulatorios y las fibras nerviosas. Éstos controlan todos los órganos. Los mismos principios pueden ser aplicados a todos los ámbitos. Naturalmente la zona de la columna requiere especial atención, ya que en ella hay centros nerviosos importantes, se altera con facilidad y puede ser ajustada. El diagnóstico y tratamiento osteopático, puede aplicarse a cada parte del organismo humano, a todas sus estructuras y funciones. La ciencia osteopática esta en un ámbito diferente en el diagnóstico y en la patología. Los cambios en el alineamiento de la estructura, la posición y su relación, los distintos grados de tono, elasticidad y resistencia, son algunos de los estados que se pueden detectar fácilmente, que muestran la acción de las fuerzas inherentes y ambientales. De hecho, reflejan el estado en el que está el cuerpo. Es necesario que sean observadas, analizadas y evaluadas. Hay características superficiales como, los cambios de temperatura, edemas, y la gran variedad de manifestaciones en relación al aspecto nutritivo. Por tanto, tenemos la posición y relación de los órganos en toda el área anterior del pecho, abdomen y pelvis. Desde la apertura superior del tórax hasta el suelo de la pelvis es una zona que responde igual a los principios osteopáticos como cualquier otra zona. El campo de la aplicación de la osteopatía aquí va mucho más allá. Cada víscera y tejido, junto con sus complejos mecanismos circulatorios, nerviosos, químicos y funciones musculares deberían de estudiarse no solo en su relación con la columna sino también en lo posible como zonas independientes de lesiones osteopáticas, considerando al cuerpo como un todo en su unidad de trabajo básico. Tensiones y estreses anormales no se limitan solo a la zona de la columna. El drenaje linfático del cuello, la función del tejido costal, el estado del mediastino, el tono diafragmático, el conducto biliar, la circulación duodenal, el tono abdominal y el equilibrio y balance fisiológico de la pelvis son típicas ilustraciones de lo que puede están implicado en las lesiones osteopáticas. Resumiendo, cada víscera, cada glándula y célula, cada mecanismo nervioso y propiedad química, son estados que repercuten sobre otras funciones y en el cuerpo en su totalidad; así como el cuerpo en su conjunto, como una unidad funcional, repercute sobre cada estructura y función. Esto, para el Dr. Still, no eran mas que datos completos anatómicos y fisiológicos, a los que los principios osteopáticos eran aplicables. De hecho, el campo diagnóstico puede extenderse al de la patología, lo que significa que su límite radica en las infinitas posibilidades de desajustes de la estructura. Las complejidades del mecanismo son incomparables; del mismo modo que las posibles lesiones específicas son innumerables. El diagnóstico de lesiones individuales y específicas es una parte del trabajo con la que vivía el Dr. Still. Entender esto implica poseer la llave maestra que abre la puerta del arte de la osteopatía. Ello requiere un conocimiento práctico de la anatomía con el prisma la osteopatía, lo que implica una intensa educación en el sentido del tacto. La anatomía con el prisma osteopático no es una anatomía descriptiva o anatómica. Un hecho anatómico no es solamente un hecho anatómico, más que un hecho patológico es solo un hecho o una reacción química, un fenómeno aislado. En cambio, interpretar el hecho es una “abre sésamo”. De la interpretación o diagnóstico del factor específico de una lesión, sus características relativas y secuenciales, dependen de la eficacia de la terapia manipulativa. Lesiones anatómicas no son meramente estados estáticos. Presentan un estado dinámico que varían en importancia y grado según la localización y el carácter. De este modo, no son solamente de gran variedad, sino que también son individuales y específicas. Están dentro de los límites de sus principios básicos pero la aplicación no tiene límites. Esto es el por qué la interpretación o diagnóstico es importante y de gran dificultad. La evaluación e interpretación requiere experiencia y saber darle una aplicación clínica. El conocimiento teórico del diagnóstico osteopático es simple en comparación con su conocimiento práctico a la hora de trabajar. Hay muchos que pueden ser creados por el estudiante cuando aplica clínicamente la teoría osteopática. Quizás no hay otro arte más difícil. Toda una vida no es suficiente para alcanzar una buena eficacia. El Dr. Still insistía que el entrenamiento del estudiante en el arte de la palpación debería empezar en su primer año de la formación académica, cuando el cerebro es plástico, de este modo el trabajo se vuelve una parte de su forma de ser y de pensar. No solo lo que se siente en el tejido es una realidad, sino que en la técnica utilizada ha de haber una perfecta coordinación entre el cerebro y la mano. El Dr. Still pensaba que la habilidad natural para tener éxito en el diagnóstico osteopático es algo esencial, bastante similar a esa inherencia para expresar los principios mecánicos y desarrollar un sentido clínico. No hay atajos ni caminos en bandeja. Incluso muchas teorías médicas preconcebidas son perjudiciales ya que el punto de vista y el objetivo son diferentes. No hay ningún principio para copiar, ninguna rutina a seguir, ningún método de antemano al que recurrir. Cada caso, cada aplicación es individual que se muestra como un problema diferente y distinto. Los principios básicos son las únicas referencias. Esto requiere un buen conocimiento de la anatomía viva normal, la estructura y la función, tal y como se muestra en la palpación y sentido del tacto. Cada reacción del cuerpo esta registrada en algún lugar, de alguna manera a través de la postura, la forma, el alineamiento, la textura, el estado nutritivo, el tono, la tensión, la elasticidad, la resistencia, y la temperatura de la superficie. En el campo anormal siempre hay algo nuevo, algo diferente, y de diferente graduación, tan diferente y distinto como formas existen. El grado de anomalías en cualquiera de los dos casos nunca son los mismos. En su lugar, hay un ser vivo, pulsante y dinámico a ser estudiado, un ser en el que las características estáticas son solamente relativas, en el que cada reacción fisiológica presenta un nuevo de aspecto del estado dinámico de la estructura. No obstante, es un ser completo, que funciona según las leyes naturales basadas en la estructura cuya totalidad es inconfundible. Esto es lo que hace la anatomía aplicada a la osteopatía tan diferente, tan difícil, que en cualquier otra escuela, pero del mismo modo, el por qué es tan eficaz cuando es correctamente interpretada y aplicada. Por detrás de todo esto hay tensiones, estreses, fuerzas del cuerpo y reacciones ambientales que provocan estos cambios. Notar los cambios estructurales y funcionales es una cosa, fisgonear en las causas es otra. continua